lunes, 6 de enero de 2014
Un lugar para los dos
Miro por la ventana de mi habitación, en mi monoblog de lacarra y directorio frente al parque. Oscurece el dia, escucho cumbia. Suena la bocina me salgo por la ventana. Valentino, mi dulce amor prohibido: como Orfeo venció con su música las fauces del infierno, así lograremos un lugarsito en la adversidad para los dos. A tu lado olvido el amor pasado y traes nuevas melodías a mi corazón. Luego cada uno a su hogar...
Ya cuatro meses y medio que salimos: yo, tu novia cumbianchera, vos mi dulce Valentino; yo tu niña mujer, vos mi hombre, mi amante maestro, mi señor. Desde el momento en que llegaste a filmar tu concurso de baile a la escuela, reflejado por las luces y las cámaras me dijistes: Novia Cumbianchera, este es tu sueño. En esos momentos en que en el gimnasio de la escuela de bizarros, hacemos el amor, vos sos solo mio y yo solo para vos. Y lo nuestro sea prohibido y secreto, luchare hasta el final, contra todas las barreras del destino que nos separan, con todo mi corazón.
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